jueves, 4 de septiembre de 2008

Caminando

No sabía bien qué hora era, sólo andaba por ahí. Eran las últimas de su noche mientras el cigarrillo le quemaba los dedos. Estaba pensando en algo sin adentrarse en lo que vendría horas después.

La gente pasaba y las voces parecían distraerlo cada vez que tenía esa imagen mental en la punta de su lengua; pero nada de eso sucedía.

Sus pasos eran cada vez más cortos y su andar lento cuando amagaba cruzar la calle. Sus auriculares ya no emitían música, sólo seguían sus movimientos, su mirada y su pregunta constante... ¿hacia dónde me dirijo?

Pasa un taxi, tal vez dos, pero él seguía caminando por ahí. De repente saca algo de su bolsillo, una dirección de quién sabe qué persona a la que vería esa noche, o tal vez esa era su respuesta o tal vez no y se contentaba con ello. La miró por unos segundos cómo intentando descifrar un enigma complejo, pero no había caso, sólo estaba observando un papel. Lo guardó y se miró las manos y las llevó a sus bolsillos donde algunas monedas soltaron un sonido muy familiar.

Levantó la vista y el colectivo había llegado.

1 comentario:

Josefina Noche5Azul dijo...

NAchitouuU!!!

El cigarrillo quemando los dedos en una noche fria.

Imposíble no sentirse uno mismo en esos pies mojados de neblina.

Te quiero muchisiMO!!!

felicitaciones por tan lindas letras, todas juntas, un paraiso!

paz