miércoles, 17 de septiembre de 2008

Adiós


Todo parece transcurrir en una de esas películas lentas donde la cámara va haciendo un paneo de lo que la ruta va dejando atrás. Tantas cosas, tanto dolor, tanto éxito para un alma solitaria, para un lobo estepario.

Quizá en alguna melodía dijo mucho más que en una simple estrofa. A lo mejor nunca llegó a completarla porque jamás pensó que terminaría. Después de todo, sólo somos hombres comunes.

Una vida resumida en unos cuantos viajes, otras tantas canciones y algunas meras distancias, hacen de este ser un hombre más que común. Lo hace seguir existiendo.

A pesar de las diferencias humanas entre el olvido y el exilio de alguien querido. Quizás sólo es un sueño y nos cuesta despertar para no encontrarlo sentado en ese piano que recitó tantas noches poesía inmortal.

Se fue y sin embargo sigue estando.Todavía sigue encendida la última de las luces que durante esa vigilia hizo que en el cielo haya un gran concierto para cada uno de nosotros

Al gran Richard Wright.

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