miércoles, 17 de septiembre de 2008

Adiós


Todo parece transcurrir en una de esas películas lentas donde la cámara va haciendo un paneo de lo que la ruta va dejando atrás. Tantas cosas, tanto dolor, tanto éxito para un alma solitaria, para un lobo estepario.

Quizá en alguna melodía dijo mucho más que en una simple estrofa. A lo mejor nunca llegó a completarla porque jamás pensó que terminaría. Después de todo, sólo somos hombres comunes.

Una vida resumida en unos cuantos viajes, otras tantas canciones y algunas meras distancias, hacen de este ser un hombre más que común. Lo hace seguir existiendo.

A pesar de las diferencias humanas entre el olvido y el exilio de alguien querido. Quizás sólo es un sueño y nos cuesta despertar para no encontrarlo sentado en ese piano que recitó tantas noches poesía inmortal.

Se fue y sin embargo sigue estando.Todavía sigue encendida la última de las luces que durante esa vigilia hizo que en el cielo haya un gran concierto para cada uno de nosotros

Al gran Richard Wright.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Caminando

No sabía bien qué hora era, sólo andaba por ahí. Eran las últimas de su noche mientras el cigarrillo le quemaba los dedos. Estaba pensando en algo sin adentrarse en lo que vendría horas después.

La gente pasaba y las voces parecían distraerlo cada vez que tenía esa imagen mental en la punta de su lengua; pero nada de eso sucedía.

Sus pasos eran cada vez más cortos y su andar lento cuando amagaba cruzar la calle. Sus auriculares ya no emitían música, sólo seguían sus movimientos, su mirada y su pregunta constante... ¿hacia dónde me dirijo?

Pasa un taxi, tal vez dos, pero él seguía caminando por ahí. De repente saca algo de su bolsillo, una dirección de quién sabe qué persona a la que vería esa noche, o tal vez esa era su respuesta o tal vez no y se contentaba con ello. La miró por unos segundos cómo intentando descifrar un enigma complejo, pero no había caso, sólo estaba observando un papel. Lo guardó y se miró las manos y las llevó a sus bolsillos donde algunas monedas soltaron un sonido muy familiar.

Levantó la vista y el colectivo había llegado.