viernes, 25 de julio de 2008

Un día así


Sólo necesitaba despertar, nada más.

El reloj permanecía quieto ante las penumbrosas paredes que parecían crecer en dimensiones inimaginables. Le preocupaba agacharse para agarrar las pantuflas que dejaron huellas de la noche anterior, ¿qué noche?

No puede recordar absolutamente nada.

Abre la ventana y pone una silla frente al balcón haciéndose la misma pregunta una y otra vez. ¿qué quiero ver?

En el cable, algunas palomas juegan a producir pequeños movimientos que intenten simular a vibraciones magnéticas, pero sin lograrlo comienzan a tomar vuelo hacia algún lugar que nadie conoce. Sin embargo, ésto parece no inquietarlo.

Sombras, desolación, y después acostarse en la misma cama. La misma que todos los días escucha esa pregunta, ¿qué noche?

1 comentario:

Martina Gaido dijo...

Nachiis, te zarpaste boludo.
Yo si fuera Bayala te contrataría yaaaaa. Ja.
No, enserio está bueno. Aunque estás un poco melancólico me parece.
Arriba.
Pero tené cuidado con el techo.
Besos de más.